
El número de estadounidenses que se identifican como pertenecientes a más de una raza casi se duplicó hasta alcanzar los 13.5 millones de personas entre 2010 y 2020, y aumentó más del doble en 34 estados y el Distrito de Columbia, según muestra un análisis de las cifras del censo realizado por Stateline.
Para algunos observadores, el aumento del número de estadounidenses que se identifican como pertenecientes a más de una raza demuestra que las barreras están cayendo. Pero el aumento también puede reflejar los cambios en las preguntas del censo diseñadas para desentrañar la herencia de las personas multirraciales.
El aumento ha contribuido a que, por primera vez, la población que se identifica únicamente como blanca no hispana haya disminuido. Sin embargo, se incrementó el número de personas que se identifican como blancas y que también se identifican como hispanas o de otra raza.
“No es descabellado imaginar que si la gente sigue casándose entre sí, si se definen como blancos y son aceptados como blancos, la definición de blanco en 2052 pudiera ser muy diferente a la de 2022?, dijo Ellis Monk, profesor asociado de sociología en la Universidad de Harvard que ha estudiado la forma en que las categorías raciales oficiales pueden ser engañosas.
Pero Monk subrayó que él y otras personas de piel oscura u otros rasgos raciales distintivos siguen enfrentándose a la discriminación y a la reducción de oportunidades, incluso si se identifican con más de una raza. Monk es afroamericano y, como la mayoría de los afroamericanos, tiene antepasados blancos, pero no se considera birracial.
“No se trata de tu ascendencia, sino de tu aspecto. Así es como se produce la discriminación”, dijo Nancy López, directora del Instituto para el Estudio de la “Raza” y la Justicia Social de la Universidad de Nuevo México. López dijo que su grupo pone la palabra “raza” entre comillas para enfatizar que la raza es un concepto cambiante basado más en las normas sociales que en la biología.
Richard Alba, sociólogo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y autor de un libro en el 2020 sobre las limitaciones de la condición de “minoría” en las estadísticas oficiales, dijo: “Los individuos blancos-afroamericanos tienen más probabilidades de sufrir racismo que los blancos-asiáticos o los blancos-hispanos”.
Las estadísticas oficiales no captan toda la gama de orígenes multirraciales y étnicos, como se ve en otros datos como los registros de nacimiento que muestran a muchas personas con parentesco tanto hispano como no hispano que el censo no capta, argumenta Alba en un estudio publicado en marzo en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“La visión binaria de los blancos frente a la gente de color es una distorsión de las realidades sociales estadounidenses”, dijo Alba. “A pesar del declive de la fracción blanca [sola] de la población, el 90 por ciento de las mezclas raciales incluyen ascendencia blanca”, añadió, haciéndose eco de un argumento de su estudio según el cual las personas que se identifican como blancas más otra raza son un “grupo puente” que hace más probable la asimilación.
En California se produjo el mayor aumento numérico de personas que se identifican como pertenecientes a más de una raza, con un crecimiento de 61 por ciento desde 2010 hasta algo más de 2 millones. Las personas que se identifican como blancas y asiáticas constituyen el grupo más numeroso en ambos años. Los residentes que se identifican como blancos y nativos americanos crecieron un 84 por ciento, hasta alcanzar los 384,600.
Incluso en Wyoming, el estado con el menor incremento numérico, el número de personas que se identifican como pertenecientes a más de una raza se duplicó hasta alcanzar los 21,300. Esto se debe al aumento de la población que se identifica como blanca y nativa americana, que creció en 157 personas entre 2010 y 2020, hasta alcanzar los 11,500.
En Hawái, donde el porcentaje de personas que se identifican como pertenecientes a más de una raza es el más alto del país, con un 24 por ciento, experimentó el menor aumento porcentual, alrededor del 10 por ciento. Es el único estado en el que tres razas —blanca, asiática y hawaiana nativa— es la identificación multirracial más común. Esta categoría creció un 16 por ciento, hasta alcanzar los 99,200 habitantes. El número de personas que se identifican como asiáticos y hawaianos nativos creció un 4 por ciento durante la década, hasta los 75,300.
El mayor incremento porcentual de habitantes multirraciales se produjo en Arkansas, con un aumento del 180 por ciento, hasta unas 135,400 personas. El mayor número se identificó como blanco y nativo americano. Esta categoría creció un 261 por ciento hasta alcanzar los 76 mil, mientras que las personas que se identifican como blancas y afrodescendientes crecieron un 114 por ciento hasta alcanzar los 28,900.
En todo el país, el número de personas que se identifican como blancos no hispanos disminuyó en 5 millones entre 2010 y 2020, hasta casi 192 millones. Pero todas las personas que se identifican como blancas y también hispanas o de alguna otra raza crecieron un 2 por ciento, o unos 4 millones, hasta los 235 millones, según un informe del Pew Research Center. (El Pew Charitable Trusts financia el centro de investigación y Stateline).
La mayoría de los estadounidenses dicen que la disminución de la proporción de blancos no hispanos no es ni buena ni mala para la sociedad, según una encuesta realizada el pasado agosto por el centro de investigación. Sin embargo, el libro de Alba señala las investigaciones que demuestran que los blancos tienden a mostrar más hostilidad hacia los grupos minoritarios y a adoptar posturas más conservadoras después de escuchar que los estadounidenses blancos se encaminan hacia el estatus de minoría, aunque no todos los estudios llegan a la misma conclusión.
El grupo multirracial más común en todo el país era el de blanco y nativo americano o nativo de Alaska, que también es el grupo multirracial más común en 32 estados, frente a los 15 de 2010.
En 2010, blanco y afroamericano era el grupo multirracial más común a nivel nacional y en 29 estados. El número de estadounidenses multirraciales que se identifican como blancos y afroamericanos creció en dos tercios, hasta llegar a unos 3 millones, pero el número de los que se identifican como blancos y nativos americanos creció más rápidamente, en un 177 por ciento, hasta casi los 4 millones.
El aumento de las personas que se identifican como blancas y nativas americanas se debió en parte a la mejora de las preguntas en los formularios del censo, que ofrecían más ejemplos de tribus, pero también a la curiosidad y la receptividad del público a la hora de conocer sus raíces mixtas, dicen los líderes indígenas.
“El interrogante es si dentro de algunas generaciones la raza perderá importancia en esta sociedad, como ocurrió con la etnicidad después de la Segunda Guerra Mundial, o si esta es una nación en la que la raza seguirá siendo un asunto importante”, dijo Reynolds Farley, profesor emérito de sociología de la Universidad de Michigan.
Para algunas personas, identificarse como pertenecientes a más de una raza importa poco si los estadounidenses tienden a poner a la gente en las categorías de “afroamericano” o “blanco”. El ex presidente Barack Obama, que tiene una madre blanca aunque se identifica como afroamericano, ha descrito que lo confundían con un mesero o con una persona que estaciona autos antes de ser famoso.
“Soy una mujer blanca que se casó con un hombre afroamericano y tuvo una bebé afroamericana”, dijo Amanda Lewis, socióloga que dirige el Instituto de Investigación sobre Raza y Políticas Públicas de la Universidad de Illinois en Chicago.
“Esa es la forma en que la ven los demás. Esa es la forma en que nosotros pensamos en ella”, dijo Lewis sobre su hija. “No ocurre lo contrario. En lugar de intentar que los blancos se sientan más cómodos, tenemos que abrazar la democracia multirracial en la que nos hemos convertido”.
En su libro, Alba cuestiona la idea de un Estados Unidos “mayoritariamente minoritario” para el año 2045, como predice la Oficina del Censo de Estados Unidos. En ese momento, según los funcionarios del censo, la población blanca no hispana caerá por debajo del 50 por ciento.
Esa idea crea una impresión engañosa de una “división dura y profunda entre la mayoría blanca actualmente dominante y las minorías no blancas”, escribe Alba, argumentando que otras razas pudieran ser “absorbidas por la sociedad mayoritaria” como lo fueron las anteriores generaciones de inmigrantes europeos.
Lewis y López abogan por unas estadísticas diferentes que incluyan tanto las categorías raciales autoidentificadas como una “raza de la calle” que refleje la forma en que la gente es percibida por el mundo exterior.
“Preguntar simplemente cómo se identifica la gente no es suficiente”, dijo López. “Tenemos que medir cómo los ven los demás, o perderemos la oportunidad de hacer visible la desigualdad y rectificarla”.
William Frey, demógrafo de la Brookings Institution, dijo que hay que hacer más para medir los orígenes multirraciales, incluyendo mejores preguntas en el censo que midan los matrimonios mixtos entre hispanos y no hispanos.
“Me gusta la idea de describir a los individuos de raza mixta como eso, en lugar de que se encuentren en proceso de asimilación”, dijo Frey. “Este aumento de la población mestiza continuará y refleja un Estados Unidos del siglo XXI cada vez más diverso”.